El domingo 18 de Junio de 2023, tras ser dado de alta el pasado viernes 16 de junio de su hospitalización en el hospital Gemelli, después de ser atendido por una hernia, el Papa Francisco salió a encontrarse con la multitud de personas reunidas en la Plaza de San Pedro con la finalidad de verle y participar al mismo tiempo del rezo del Ángelus (Fuentes: Vaticano, SPSS, Vatican Media, Vatican News y Dicasterio para la Comunicación).

Además de agradecer a los fieles y peregrinos por sus oraciones a favor de su salud, el santo padre Francisco ofreció su comentario al Evangelio del día tomado del san Mateo (Mt 9, 36 -10, 8) que subrayó el santo Pontífice que Jesús al enviar a sus discípulos a anunciar la cercanía de Reino de Dios, proclama al mismo tiempo su propia cercanía, revelando que ante las dificultades que sufrimos aquí en la tierra, Dios está con nosotros, y entre nosotros con el objetivo de cuidar de nosotros y de que preservemos la fe. Y sobre los dones de servicio Jesús declara su gratuidad.

En sus palabras después de orar a María, el Papa hizo un llamamiento a conmemorar el día de los Migrantes (20 de junio) y a orar por los que han perdido la vida como los migrantes fallecidos del reciente naufragio ocurrido en las costas de Grecia. También llamó a orar por la paz en especial se refirió a las víctimas originadas por un atentado en una escuela de Uganda.

Comentario inicial del Papa Francisco

“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Deseo expresar mi gratitud a cuantos, en los días de mi ingreso en el Policlínico Gemelli, me han manifestado afecto, preocupación y amistad, y me han asegurado el apoyo de la oración. Esta cercanía humana y espiritual ha sido para mí de gran ayuda y consuelo. ¡Gracias a todos, gracias a ustedes, gracias de corazón!

Hoy, en el Evangelio, Jesús llama por nombre - llama por nombre - y envía a los doce Apóstoles. Al enviarles, les pide que anuncien una sola cosa: ‘Vayan proclamando que el Reino de los Cielos está cerca’ (Mt 10,7). Es el mismo anuncio con el que Jesús inició su predicación: el reino de Dios, es decir su señorío de amor, se ha hecho cercano, viene en medio de nosotros. Y esta no es una noticia entre las otras, sino la realidad fundamental de la vida: la cercanía de Dios, la cercanía de Jesús.

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De hecho, si el Dios de los cielos está cerca, nosotros no estamos solos en la tierra y en las dificultades tampoco perdemos la fe. Esto es lo primero que hay que decir a la gente: Dios no es distante, sino que es Padre. Dios no es distante, es Padre, te conoce y te ama; quiere tomarte de la mano, también cuando vas por senderos empinados y difíciles, también cuando caes y te cuesta levantarte y retomar el camino; Él, el Señor, está ahí, contigo. Es más, a menudo en los momentos en los que eres más débil puedes sentir más fuerte su presencia. ¡Él conoce el camino, Él está contigo, Él es tu Padre! ¡Él es mi Padre! ¡Él es nuestro Padre!

Nos quedamos en esta imagen, porque anunciar a Dios cercano es invitar a imaginarse como un niño, que camina de la mano del padre: todo le parece diferente. El mundo, grande y misterioso, se vuelve familiar y seguro, porque el niño sabe que está protegido. No tiene miedo y aprende a abrirse: encuentra otras personas, encuentra nuevos amigos, aprende con alegría cosas que no sabía y después vuelve a casa y cuenta a todos lo que ha visto, mientras crece en él el deseo de hacerse mayor y hacer las cosas que ha visto hacer al padre. Es por esto que Jesús parte de aquí, porque la cercanía de Dios es el primer anuncio: estando cerca de Dios vencemos el miedo, nos abrimos al amor, crecemos en el bien y sentimos la necesidad y la alegría de anunciar.

Si queremos ser buenos apóstoles, debemos ser como los niños: sentarnos ‘en las rodillas de Dios’ y desde ahí mirar el mundo con confianza y amor, para testimoniar que Dios es Padre, que Él solo transforma nuestros corazones y nos da esa alegría y esa paz que nosotros mismos no podemos alcanzar.

Anunciar que Dios está cerca. ¿Pero cómo hacerlo? En el Evangelio Jesús aconseja no decir muchas palabras, sino realizar muchos gestos de amor y de esperanza en el nombre del Señor; no decir muchas palabras, sino realizar gestos: ‘Curen a los enfermos - dice – resuciten a lo muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Gratis lo recibieron: denlo gratis’ (Mt 10,8). Este es el corazón del anuncio: el testimonio gratuito, el servicio. Les digo una cosa: a mí me dejan siempre perplejos los ‘parlanchines’, con su mucho hablar y no hacer nada.

Llegados a este punto, hagámonos algunas preguntas: nosotros, que creemos en el Dios cercano, ¿confiamos en Él? ¿Sabemos mirar adelante con confianza, como un niño que sabe que es llevado en brazos del padre? ¿Sabemos sentarnos en las rodillas del Padre con la oración, con la escucha de la Palabra, acercándonos a los Sacramentos? Y, finalmente, cerca de Él, ¿sabemos infundir valentía a los otros, hacernos cercanos a quien sufre y está solo, a quién está lejos y también a quien nos es hostil? Esta es la concreción de la fe, esto es lo que cuenta.

Y ahora rezamos a María, que nos ayude a sentirnos amados y a transmitirnos cercanía y confianza.”

Palabras del Papa tras el rezo del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, el próximo martes, 20 de junio, se celebra el Día Mundial del Refugiado, promovido por las Naciones Unidas: con gran tristeza y mucho dolor pienso en las víctimas del gravísimo naufragio que tuvo lugar los días pasados cerca de la costa de Grecia. Y parece que el mar estaba calmado. Renuevo mi oración por los que han perdido la vida e imploro que siempre se haga todo lo posible para prevenir tragedias similares.

Y rezo también por los jóvenes estudiantes, víctimas del brutal ataque contra una escuela en el oeste de Uganda. Esta lucha, esta guerra por todos lados… ¡rezamos por la paz!

Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos procedentes de Italia y de muchos otros países, en particular a los fieles de Florida y de Munich. Saludo a las Escuelas ‘San Juan Pablo II’ de Opole (Polonia) y ‘San Felipe Neri’ de Londres.

Saludo además a los grupos de Zogno, Guardiagrele y Poggiomarino, como también la Escuela ‘Rosario Scardigno’ de Molfetta. Y saludo también a las hermanas de María Niña que están viendo el Ángelus.

Perseveremos en la oración por la población de la martirizada Ucrania - ¡no la olvidemos! - que sufre tanto.

Les deseo a todos un feliz domingo y, por favor, no olviden rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!”

(Fuente: ANS)