El miércoles 24 de mayo fiesta de la Virgen María Auxiliadora, el Papa Francisco presidió la Audiencia General que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro. Durante la predicación de su catequesis de acuerdo al ciclo temático de “La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente”, en su perspectiva centrada en el testimonio cristiano presento la persona del primer mártir coreano: San Andrés Kim Tae-gon.
El santo padre Francisco, destacó la persona del santo coreano como discípulo de Jesús que predicó en público, y que supo dejarse sostener de Jesús en los momentos difíciles (Fuentes: Vaticano, SPSS, Vatican Media, Vatican News y Dicasterio para la Comunciación)
Síntesis en español de la 14ª catequesis sobre el ciclo “La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente”, Testigos- San Andrés Kim Tae-gon:
“Queridos hermanos y hermanas:
En esta audiencia quiero presentarles otro testigo del celo apostólico, esta vez nos llega de tierras lejanas. Efectivamente, san Andrés Kim Tae-gon fue el primer sacerdote mártir de Corea. Hace doscientos años hubo en aquel país una fuerte persecución y no se podía confesar la fe abiertamente. Destaco dos escenas que nos dan prueba de ese celo. En la primera, vemos a san Andrés ante la dificultad de no tener más opción que encontrar a los fieles en público y lograr reconocerse sin que nadie se diera cuenta, resumiendo en dos palabras su identidad. Las palabras que había que decir eran ‘discípulo de Jesús’. Es muy interesante que sea este el resumen de todo lo que se puede decir, ya en ellas se supone dar vida al Evangelio y testimoniarlo.
En la segunda, lo encontramos cuando era seminarista caminando en la nieve para buscar un misionero y, completamente agotado, cayó por tierra, pero una mano amiga lo alzó y lo empujó a seguir adelante. La lección de esta escena es que aunque podamos caer, siempre podremos alzarnos de nuevo porque Jesús nos sostiene.”
Vatican News
Saludos en español del Papa a los fieles de la asamblea:
“Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. Pidamos al Señor el celo que movió a san Andrés, que el Señor nos dé la fuerza de su Espíritu Santo, que en este tiempo pedimos con especial intensidad, para testimoniar su Evangelio en lo cotidiano, simplemente siendo ‘discípulos de Jesús’, en la vocación a la que Dios nos llamó. Pidámosle también que sea siempre ese amigo que nos sostiene en las dificultades, para perseverar en el camino del bien hasta el final. Que el Señor los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Muchas gracias.”