Bajo el lema: 'Llamados a ser sal y luz para los jóvenes', cerca de 400 Salesianos Cooperadores y otros miembros de la Familia Salesiana se reunieron online durante este mes de septiembre, con el objetivo de entender mejor las situaciones formativas que se viven en los centros locales de la Región Interamérica (Fuente ANS).

 El Sr Antonio Boccia, coordinador mundial, en el marco de los 145 años de la fundación de la Asociación de Salesianos Cooperadores y en el caminar de la vida asociativa, invitó a ser  'una Nueva Primavera como protagonistas, sembrando esperanza' entre los jóvenes.

El Ing. Francisco Burciaga, mexicano y Consejero Mundial de la Región Interamérica SSCC, recalcó que 'el Congreso Regional de Formación es parte de una serie de encuentros que ofrecen la oportunidad de crecer tanto a nivel personal como comunitario, para ofrecer un mejor servicio a los hermanos y a los jóvenes'.

El Sr. Raúl Fernández, responsable de la formación a nivel mundial describió los pilares formativos: saber, saber hacer, saber ser y saber vivir en comunidad. Él pidió combinarlos con la dimensión humana, cristiana y salesiana.

Fernández destacó la importancia de 'promover una vida coherente y responsable, y propuso modelos creíbles cuyos referentes son Jesús y Don Bosco, además de acompañar a los Salesianos Cooperadores en la maduración de su vida afectiva y emocional'. También subrayó la importancia de “espetar el ritmo de crecimiento personal y no dejar a nadie atrás.

Sor Aracely Mayorga, Delegada Regional por parte de las FMA de las Salesianos Cooperadores enfatizó que 'estamos llamados a tener una visión evangélica del futuro y a cultivar una vida espiritual que nos permita descubrir la luz en las tinieblas, a confiar en que Dios también está presente en los problemas e incertidumbres de nuestro tiempo y dejarnos desafiar por esto'. A su vez expresó la gran relevancia que reviste el dar continuidad y calidad a las iniciativas que se llevan a cabo en los centros locales, aplicando metodologías y tecnologías adecuadas a nuestros tiempos.

Hizo notar el llamado a compartir los espacios formativos con todos los grupos de la Familia Salesiana, para ampliar los propios horizontes, dijo que: 'El proceso formativo no es solo un momento o un paréntesis en la vida asociativa, debe hacernos crecer en nuestra vida diaria, dar respuestas más conscientes y significativas en la vida apostólica y potenciar y cuidar la vocación a la que hemos sido llamados en la Familia Salesiana'.