El domingo 3 de septiembre de 2023, en el pabellón gimnástico-deportivo del la ciudad de Lwena, Moxico de tuvo lugar la ordenación de S.E.R. Mons. Martín Lasarte, SDB, quien fue designado por el Papa Francisco como obispo de dicha diócesis el pasado 1 de julio. Este histórico hecho reunió una inmensa asamblea constituida por 5 mil fieles, 17 prelados, 80 sacerdotes, religiosos y religiosa un grupo coral conformado por 500 personas, además autoridades gubernamentales, civiles, religiosas y tribales.

Presidió la solemne Misa S. Ex. Mons. José Manuel Imbamba, Presidente de la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé (CEAST) y Arzobispo de Saurimo, diócesis de la que Lwena, también hicieron presencia S. E. , Mons. Giovanni Gaspari, Nuncio Apostólico; el Obispo salesiano Mons. Gaston Ruvezi, o de Lubumbashi, en la República Democrática del Congo.

Durante la homilía que precedió al rito de consagración, Mons. Imbamba comenzó hablando de la gran fiesta que vive la diócesis: ‘Este momento nos brinda la oportunidad de rendir un sencillo y sentido homenaje a todos los obispos que han tenido el honor y la misión de guiar el destino de esta diócesis.

Mons. Imbamba agradeció así a Mons. Francisco Esteves Dias, que dirigió la diócesis de 1963 a 1978, a Mons. José Prospero da Ascenção Puaty, obispo de Lwena de 1978 a 2000, y a Mons. Gabriel Mbilingue, presente en la celebración, que dirigió la diócesis de 2000 a 2008 y expresó ‘Permítanme destacar de forma muy especial a Su Excelencia Reverendísima Mons. Jesús Tirso Blanco, SDB, que ha guiado la suerte de esta diócesis con el inefable amor de un padre y pastor durante los últimos 14 años, de 2008 a 2022. A él y a los demás pastores que ya han llegado a la Casa del Padre, sumamos a todos los misioneros y catequistas que dieron lo mejor de sí por la salvación de las personas que habitan estas tierras de Moxico. Oramos en honor a su memoria para que el Dios eterno les conceda la felicidad que merecen’.

Al dirigirse a Mons. Lasarte,  Imbamba comentó: ‘Mi querido hermano Martín, la diócesis de Lwena, que le acoge con gran alegría, padece muchos males, entre los que puedo resumir la miseria, la pobreza material, espiritual y cultural que clama su pueblo, el subdesarrollo, el analfabetismo, las enfermedades endémicas, la mentalidad bruja, el aislamiento de muchas comunidades por falta de vías de comunicación dignas y otros muchos que no se pueden tolerar con el silencio ni con la indiferencia ni con el conformismo del pastor... Por eso necesita no sólo la fuerza de Dios para mantenerse firme, decidido, resistente y humilde en esta misión en favor de los pobres, los marginados y los excluidos del bienestar, sino sobre todo tener un corazón de padre, un corazón capaz de acoger a todos, hombres y mujeres, católicos y no católicos, cristianos y no cristianos, justos e injustos, santos y pecadores, en el mismo amor divino que no hace acepción de personas’.

Enseguida tuvo lugar el solemne rito de la ordenación episcopal, el padre Lasarte fue consagrado y presentado al pueblo como nuevo obispo de la diócesis de Lwena, revestido con sus insignias correspondientes: cruz pectoral, anillo, mitra y báculo.

Mons. Lasarte dirigió un agradecimiento a todos los prelados, asamblea, y a quienes hubiesen contribuido a a su formación humana, sacerdotal, salesiana y misionera, finalmente afirmó: ‘Me siento pequeño ante la dignidad del obispo y la inmensidad de este territorio; me siento pequeño ante la riqueza de esta cultura; y ante el gran pastor que me precedió, Mons. Tirso Blanco, que fue un obispo extraordinario. Me siento pequeño ante los desafíos pastorales que me esperan, y ante los innumerables desafíos económicos, sociales, culturales... Pero, siendo tan pequeño, sólo puedo aportar pequeñas cosas: una pequeña semilla que pueda crecer con vigor en el corazón de todos; la sal de la autenticidad de la vida cristiana, que hace atractivo el Evangelio; y la vela de la luz: el testimonio transparente de nuestra vida de fe... Caminemos juntos en esta hermosa misión de anunciar todo lo que el Señor nos ha enseñado, y sigamos testimoniando con alegría nuestra fe a los hermanos y hermanas que Dios ha puesto en nuestro camino.’

(Fuente: ANS)