El domingo 21 de mayo el Papa Francisco, al brindar su comentario introductorio al rezo mariano del Regina Caeli, a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, ha destacado la importancia de la Ascensión de Jesús a los cielos, primero porque elevó la humanidad que asumió, uniéndonos al Padre en todas nuestras dimensiones, así –subrayo el santo pontífice- conquistó el cielo para nosotros porque nos ama, y segundo punto: el Resucitado ha confirmado, sin duda alguna, que es el intercesor por excelencia de sus hermanos, es decir, se encuentra ante Dios Padre, para interceder por nosotros, afirmó el Papa Francisco (Fuentes: Vaticano, SPSS, Vatican Media, Vatican News, Dicasterio para la Comunicación).
Tras el rezo de la oración mariana el Papa Francisco hizo un llamado por la Paz en Sudán, el instó a que se tomen vías diplomáticas para resolver ese conflicto, exhortó a todos a no acostumbrarse al mal de la guerra, reitero su llamamiento a orar por la martirizada Ucrania.
En el marco de la celebración la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, bajo el tema ‘Hablar con el corazón’ el Papa felicitó a todos los periodistas y/o reporteros y ha quienes colaboran en este campo de la CS.
Además inauguro la “Semana de Encíclica la Laudato Si” afirmó que desastres como las inundaciones ocurridas en la Emilia Romaña, -población a la que reitero su cercanía- demuestran la urgencia de hacer todo lo posible por cuidar la casa común
Palabras del Santo Padre antes de rezar del Regina Caeli
“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy en Italia y en muchos otros países se celebra la Ascensión del Señor. Es una fiesta que conocemos bien, pero que puede hacer surgir algunas preguntas, al menos dos. La primera: ¿por qué celebrar la partida de Jesús de la tierra? ¡Parecería que su despedida sea un momento triste, no precisamente algo por lo que estar alegre! ¿Por qué celebrar una partida? Primera pregunta. Segunda pregunta: ¿qué hace ahora en el cielo? Primera pregunta: ¿por qué celebrar? Segunda pregunta: ¿qué hace Jesús en el cielo?
Por qué celebramos. Porque con la Ascensión sucedió algo nuevo y hermoso: Jesús ha llevado nuestra humanidad, nuestra carne al cielo - ¡es la primera vez! - es decir la ha llevado a Dios. Esa humanidad, que había tomado en la tierra, no se ha quedado aquí. Jesús resucitado no era un espíritu, no, tenía su cuerpo humano, la carne, los huesos, todo, y ahí, en Dios, estará para siempre. Podemos decir que desde el día de la Ascensión Dios mismo ha ‘cambiado’: ¡desde entonces ya no es solo espíritu, sino que por todo lo que nos ama lleva en sí nuestra misma carne, nuestra humanidad! El lugar que nos espera está indicado, nuestro destino está ahí. Así escribía un antiguo Padre en la fe: ‘¡Espléndida noticia! Aquel que se ha hecho hombre por nosotros […], para hacernos sus hermanos, se presenta como hombre delante del Padre, para llevar consigo a todos aquellos que están unidos a él’ (S. Gregorio de Nisa, Discurso sobre la resurrección de Cristo, 1). Hoy celebramos ‘la conquista del cielo’: Jesús que vuelve al Padre, pero con nuestra humanidad. Y así el cielo es ya un poco nuestro. Jesús ha abierto la puerta y su cuerpo está ahí.
Video Vatican News
La segunda pregunta: ¿qué hace Jesús en el cielo? Él está por nosotros delante del Padre, le muestra continuamente nuestra humanidad, muestra las llagas. A mí me gusta pensar que Jesús, delante del Padre, reza así, enseñándole las llagas. ‘Esto es lo que he sufrido por los hombres: ¡haz algo!’. Le enseña el precio de la redención, y el Padre se conmueve. Esto es algo que me gusta pensar. Así reza Jesús. Él no nos ha dejado solos. De hecho, antes de ascender nos dijo, como dice el Evangelio hoy: ‘Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el final del mundo’ (Mt 28,20). Está siempre con nosotros, nos mira, está ‘siempre vivo para interceder’ (Hb 7,25) en nuestro favor. Para enseñar las llagas al Padre, por nosotros. En una palabra, Jesús intercede; está en el mejor ‘lugar’, delante del Padre suyo y nuestro, para interceder por nosotros.
La intercesión es fundamental. También nos ayuda a nosotros esta fe: nos ayuda a no perder la esperanza, a no desanimarnos. Delante del Padre hay alguien que le enseña las llagas e intercede. La Reina del cielo nos ayude a interceder con la fuerza de la oración.”
Palabras del santo padre Francisco después del Regina Caeli
“¡Queridos hermanos y hermanas!
Es triste pero, un mes después del estallido de la violencia en Sudán, la situación sigue siendo grave. Al alentar los acuerdos parciales alcanzados hasta ahora, renuevo mi sentido llamamiento a que se depongan las armas, y pido a la comunidad internacional que no escatime esfuerzos para hacer prevalecer el diálogo y aliviar el sufrimiento de la población. Por favor, no nos acostumbremos a los conflictos y a la violencia. ¡No nos acostumbremos a la guerra! Y sigamos estando cerca del martirizado pueblo ucraniano.
Se celebra hoy la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, sobre el tema Hablar con el corazón. Es el corazón el que nos mueve a una comunicación abierta y acogedora. Saludo a los periodistas y a los trabajadores de la comunicación aquí presentes, les doy las gracias por su trabajo y deseo que estén siempre al servicio de la verdad y del bien común. ¡Un aplauso a todos los periodistas!
Hoy empieza la Semana Laudato si’. Doy las gracias al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y a las numerosas organizaciones adheridas; e invito a todos a colaborar con el cuidado de nuestra casa común: ¡hace mucha falta unir habilidades y creatividad! Nos lo recuerdan también las recientes calamidades, como las inundaciones que han golpeado estos días Emilia Romaña, a cuya población renuevo de corazón mi cercanía. Ahora en la plaza se distribuirán los libritos sobre la Laudato si’ que el Dicasterio ha preparado en colaboración con el Instituto ambiental de Estocolmo.
Les saludo a todos ustedes, romanos y peregrinos de Italia y de tantos países… Veo muchas banderas, ¡bienvenidos! Saludo, en particular a las Hermanas Franciscanas de Santa Isabel de Indonesia - ¡desde lejos! – a los fieles de Malta, Mali, Argentina, la Isla Caribeña Curazao y la Banda Musical de Puerto Rico. ¡Nos gustaría escuchales tocar después!
Saludo además a la peregrinación diocesana de Alejandría; los chicos de la Confirmación de la diócesis de Génova, que encontré ayer en Santa Marta, con la gorra roja, allí, ¡muy bien!; los grupos parroquiales de Molise, Scandicci, Grotte y Grumo Nevano; las asociaciones comprometidas con la defensa de la vida humana; el Coro juvenil ‘Emil Komel’ de Gorizia; las escuelas ‘Caterina di Santa Rosa’ y ‘Sant’Orsola’ de Roma y a los chicos de la Inmaculada.
A todos ustedes les deseo un feliz domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Por favor, no se olviden ¡Buen almuerzo y hasta pronto!”