El 18 de mayo pasado el padre Ángel Fernández Artime Rector Mayor de los Salesianos de Don Bosco, designó como Procurador de 'Missioni Don Bosco' de la procura de Turín al padre Daniel Antúnez, salesiano argentino, y quien inició sus actividades el pasado 1º de septiembre, este es el perfil con el cual se le presenta hoy a la Familia Salesiana y a la Congregación (Fuente: ANS):

En estos días se ha dedicado, de acuerdo a su primera encomienda, a conocer la cultura y realidad italiana, pues una gran transición reubicarse de Argentina, primera tierra de misión salesiana, a la Cuna del Carisma de Don Bosco, es algo similar a lo que sucedió con el Santo Padre: fue llamado desde el borde del fin del Mundo.

El padre Antúnez conoció a los salesianos a los 13 años, grande y positivo fue el impacto que le causaron los jóvenes y entusiastas estudiantes de teología, con grandes deseos de estar con y servir a los jóvenes. Se preguntó a sí mismo, si aquel entusiasmo que aquellos religiosos le trasmitían, el cual le conmovió profundamente, sería un llamado de Dios a vivir como salesiano. Su respuesta inicial fue muy concreta, se ofreció a Dios un 31 de enero de 1983, cuando tenía 24 años de edad, ese día emitió su primera profesión como salesiano de Don Bosco.

Recibió el orden sacerdotal 12 años después, cabe aclarar que en realidad había profesado en un principio como Coadjutor, y era uno muy feliz, quien se alegraba enseñar materias prácticas a los jóvenes. Pero su corazón le marcó el rumbo: el servicio pastoral, Dios le llamaba al presbiterado.

Primero fue destinado a Puerto Desiado, provincia de Santa Cruz, Argentina durante cuatro años.

Posteriormente partió rumbo a Río Grande y Ushuaia, donde, por mandato del entonces Rector Mayor, el padre Pascual Chávez Villanueva, le fue encomendada la misión de relanzar la presencia salesiana en la ciudad.

Así trascurrió el tiempo y sirvió en la Patagonia durante 18 años: En ese tiempo se dedicó a la atención de la emigración juvenil masiva, con el reto mayúsculo casi imposible, de la construcción de proyectos educativos estables y viables para ese segmento social. Además resulta un gran desafío si se desea construir relaciones humanas duraderas.

En los siguientes años vivió en Buenos Aires, ahí colaboró con el Inspector en curso de una de las provincias de Argentina (ARS), siendo designado más adelante como su Vicario, y posteriormente también fue nombrado el Ecónomo Inspectorial.

El Padre comentó a los medios salesianos: “Siempre he seguido lo que Dios me pidió a través de la Congregación. Ahora estoy aquí para llevar mi experiencia al servicio de las 'Misiones Don Bosco', por supuesto. Pero probablemente también para releer mi camino espiritual.

[...] La Patagonia formó mi corazón porque viví el Carisma de la Congregación con grandes salesianos y en contacto directo con los jóvenes. Hoy tengo la oportunidad de 'pasar' a visitar a Don Bosco todos los días. Cuando me ofrecieron el nuevo encargo inmediatamente pensé: ¡Ahora me voy a vivir con él!

[...]Lo que debe identificarnos es el tema de la paternidad: esto es la salesianidad. Se realiza en una disposición permanente para acompañar, estar con los demás, escuchar, ser amigo, compañero, padre y pastor

[...] Vivo esta nueva experiencia como un don, feliz de ser salesiano. Cuando miro mi historia, me digo que no es posible que yo la haya escrito: ¡Dios la escribió!” concluyó el P. Daniel