El pasado 30 de agosto de 2021 el Papa Francisco reconoció las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Mariacristina Cella Mocellin, Fiel Laica y Madre de Familia. Nacida el 18 de agosto de 1969 en Monza (Italia), Mariacristina desde 1982 a 1987 frecuentó el Liceo Lingüístico en la Escuela Maria Ausiliatrice de Cusano Milanino (MI), administrada en aquel entonces por las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría lombarda Sacra Famiglia (ILO), (Fuente: ANS).

Siendo alumna Mariacristina se daba a conocer como una chica serena y positiva, abierta a todos. En clase su presencia si bien decisiva, era discreta. Un de sus compañeros afirmó sobre ella: ‘Alegre y juguetona, era decidida, y sus valores no tenían término medio. Era entre nosotros una autoridad reconocida, pero siempre al servicio’.

Era animadora del Oratorio y catequista en la Parroquia ‘Sacra Famiglia’ de Cinisello Balsamo, donde era residente, en su Diario anotó algunos principios de Don Bosco sobre la educación.

Más adelante le fue diagnosticado un sarcoma en la pierna izquierda, tras una intervención quirúrgica y de recibir terapia, retoró a sus clases, la enfermedad no pareció afectar su alegría, ni su deseo de recuperarse.

La salesiana (HMA) que fue su docente le describe así: ‘Ninguna ausencia más de lo necesario. Voluntad, decisión, conciencia, deseo de no hacerlo pesar a los otros. Nunca replegada en sí misma (…) Su actitud procedía de una fuerza interior inexplicable, que se reflejaba en seguida en su Diario Espiritual. Cristina no ha hecho nunca nada extraordinario, pero siempre ha hecho extraordinariamente bien lo que tenía que hacer’.

Con el apoyo, afecto y amistad de sus compañeros y compañeras del colegio, preparó sus exámenes finales, concluyendo con gran éxito el Liceo.

Su diario espiritual testimonia su amor a la a la Eucaristía, con la diaria participación a la santa Misa, y largas horas de adoración ante el Santísimo, en resumen una vida de oración ‘extraordinariamente intensa’.

Al final de unas vacaciones en la casa de sus abuelos, quienes vivían en Vicenza, conoció al joven Carlo Mocellin, su cercanía y amistad, se transformó en amor reciproco que se consolidó con el compromiso que adquirieron al celebrar el Sacramento Matrimonial, concretando su unión ante Dios, el 2 de febrero de 1991 en Carpané.

Como fruto de su amor nació su primer hijo Francesco, al cumplir 10 meses de casados. Un año y medio más tarde vino al mundo su hija Lucia. Cuando Mariacrisitina espera a su tercer hijo, el sarcoma de su pierna reapareció. Sin embargo ella prosiguió con el embarazo y renunció cualquier tratamiento que pudiera dañar su bebé, quien nació sano y salvo el mes de julio del 1994, él pequeño fue bautizado con el nombre de Ricardo.

El 22 de octubre de 1995, Dios decide otorgar la vida eterna a nuestra extraordinaria heroína, y ella serena regresa a su Casa Celestial. Su causa de Beatificación inició el 8 de noviembre de 2008, promovida por S. E. R. Mons. Antonio Mattiazzo, Obispo de Padua. El 18 de mayo de 2012 concluyó la fase diocesana, teniendo como contexto la Parroquia de Valstagna. La Congregación de las Causas de los Santos emitió su la opinión favorable mediante el informe que es entregado al Santo Padre.

El Pasado 30 de agosto de 2021, el Papa Francisco firmó el Decreto de Venerabilidad, por medio del cual la Iglesia reconoce y testimonia las ‘virtudes heroicas, vividas de manera extraordinaria’ por Mariacristina Cella Mocellin, quien llegó al extremo del amor cristiano, sacrificando su vida para dar paso a una nueva.

Ella es un ejemplo que hoy se hace muy necesario, sobre todo como hecho veraz de amor materno, útil para quienes luchan por el derecho y protección de la vida de los ‘no nacidos’, y la libertad a disentir ante una cultura de ‘la muerte’.

En sí misma, Mariacristina es una evidencia ‘viva’ que se muestra luminosa y clara, ante tendencias que lamentablemente niegan la vida a los más indefensos, en una realidad, ya en sí misma violenta… los argumentos seudo razonables ‘anti-vida’, cada día siguen reclamando y ganando espacios de aceptación social y popular, incluso proclamándose sesgadamente y falazmente ‘a favor de la vida misma’, como ha ocurrido aquí en México,

Mariacristina se muestra un como reflexivo y firme ejercicio de la voluntad femenina contraponiéndose, extraordinariamente desde su vida ordinaria, al egocentrismo general. Sirve como punto de contradicción ante sistemas legislativos y judiciales que han estableciendo el reconocimiento jurídico y legal, de la interrupción del embarazo bajo cualquier prerrogativa, y que desde la normatividad, proclaman con ‘pretendido uso de razón’, el aborto voluntario justificándolo bajo silogismos confusos, como respuesta impositiva y simultánea, como pretendido contra argumento al feminicidio, al maltrato a la mujer y otras realidades de inseguridad que, en sí que deben ser atendidas.

Los casos de injusticias, como lo son las situaciones ambiguas generadas por el mismo sistema judicial y jurídico derivados de hechos donde las mujeres que sufriendo de abortos espontáneos, no provocados ni buscados, y que fueron privadas de su libertad y a quienes las mismas autoridades no han respondieron adecuadamente criminalizándolas, y sin crear figuras alternativas de atención suficientes, son entremezclados con la despenalización del aborto, de modo que se si se argumenta en contra del mismo, se pretende que se atacan los legítimos intentos de responder positivamente a las otras problemáticas reales en sí mismas

Así basados supuestamente en el principio conjunto de protección del ‘derecho de la mujer a la vida y a decidir libremente’, se colocan VS, es decir, en contra del sentido común de la protección y la preservación de la especie humana y del derecho de niñas y niños a ser protegidos desde la concepción, además fragmentando aún más los verdaderos derechos de las mujeres.

Es decir, a los seres humanos a quienes se tienden a llamar ‘productos’, ‘no nacidos’, si no se les negase su derecho su derecho a vivir - por tal o cual discurso normativo o legal, por razonable que pareciera-; y de existir a quienes serían quizás en un futuro, serían las científicas, legisladoras, inventoras, defensoras, profesoras, doctoras etc. que contribuirían con su sociedad y patria, es decir, muchos de ‘los’ que no se concretará su nacimiento serían… así es: ‘mujeres’… como Mariacristina.

Así, un camino recorrido en la obligación del Estado de garantizar la protección de todos sus gobernados, cae en franco retroceso… se ampara la legalidad del aborto so pretexto de que se niega a muchas mujeres un ‘aborto saludable’… algo en sí contradictorio, cuando hay tantas carencias y aspectos urgentes que atender en México y que no se logran abarcar ¿Y la privación de la vida de no nacidos es prioritaria?

La Venerable Mariacristina, nos muestra que hay alternativas y argumentos realmente razonables y viables para abrirse a la vida, siempre a la vida.