La historia de los santos siempre presenta una brecha difícil de zanjar entre quienes son, lo que se cree de ellos y lo que Dios les pide. Ante la Guerra en Ucrania, las muertes sin sentido, la violencia y la imposición de una cultura de la muerte, el Papa Francisco llamó al Colegio de Obispo y toda la Iglesia, a todos los sacerdotes a que participamos el viernes 25 de la Consagración de Ucrania, Rusia y el Mundo entero. Incluyo la consagración en Fátima donde presidió el acto de fe el cardenal Konrad Krajewski, como lo informará los medios del Vaticano y salesianos como la Agencia Salesiana de Noticias ANS (Fuente; Info ANS)

 

El texto habla de cómo en momentos como estos, es que recordamos lo que Dios ha hecho en personas sencillas a quienes se pone en duda en un momento de su vida hasta que Él muestra lo que a ellos se le reveló, y por lo cual se sacrificaron, el comunicado de ANS dice:

En este momento preocupante y trágico en que la paz en el mundo está amenazada, es significativo recordar la contribución de la Beata Alexandrina Maria da Costa (1904-1955), Salesiana Cooperadora, para obtener de Dios el don de la paz durante la Segunda Guerra Mundial.

La Beata Alejandrina se volvió vocera del pedido de Consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, solicitándola al Papa Pío XI desde 1937 y en los años siguientes. En unión con Jesús Crucificado, Alexandrina también fue alma víctima para que la petición de Jesús fuera concedida. Así, desde octubre de 1938 hasta marzo de 1942 Alejandrina todos los viernes, de las 12 a 15 horas, sufría la Pasión de Jesús en todo su ser, y era visible que su cuerpo recuperaba todos los movimientos en aquellas tres horas, desandando en el espacio de su alcoba, todas las etapas de la Pasión de del Señor, Jesús le había anticipado a Alejandrina que ella viviría su Pasión hasta que el Papa consagrara el mundo al Inmaculado Corazón de María. Fue el 31 de octubre de 1942 cuando Pío XII consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.

Para Alexandrina continuó la participación en la Pasión de Jesús, de manera interna, comenzando para ella un nuevo martirio por la salvación de las almas y por la paz del mundo: el ayuno total. Vivió sólo de la Eucaristía durante trece años y siete meses. Mientras tanto (1939) había estallado la Segunda Guerra Mundial: Alejandrina ofreció sus sufrimientos ayunando por la paz y obtuvo del Señor la promesa de que Portugal no entraría en guerra.

En uno de los mensajes Jesús le dice: ‘Tú eres una segunda arca de Noé. En ti encierro a los pecadores, en ti como en aquella arca, encierro todo para la vida del nuevo mundo. Tu dolor, tu inmolación son dolor e inmolación de vida, más para las almas que para los cuerpos. ¡Ánimo, niña! No temas nada… Hija mía, mi Madre bendita está conmigo, escucha lo que Ella te dice’. Nuestra Señora: ‘Hija mía, aquí estoy con mi divino Hijo para entregarte la humanidad y encerrarla en tu corazón. Las llaves quedan en manos de Jesús y de tu querida Madre. Te he dado mi manto y mi corona de reina: has sido coronada por Mí, eres reina de los pecadores, del mundo, escogida por Jesús y María. Hoy, día de mi concepción inmaculada, te entregamos esta real posesión. Desde hoy es tuya, guíala, cuídala. Guárdala en la tierra como la guardarás después y la guiarás desde el Cielo. He escogido esta fiesta en mi honor, para que el día de esta entrega de la humanidad se celebre en unión conmigo’.

La misión de Alexandrina continúa desde el Cielo: los efectos de la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, el sufrimiento y el ayuno de Alexandrina continúan hoy. Realizados en comunión con Cristo, han adquirido un valor infinito. Nuestra oración y ayuno serán una súplica por la paz en Ucrania, recordando que la paz mundial siempre comienza con nuestra conversión personal.

‘Jesús nos enseñó que a la diabólica insensatez de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Que la Reina de la Paz preserve al mundo de la locura de la guerra’ ‘(Papa Francisco).