El 25 de marzo, el Rector Mayor Padre Fabbio Attar, tras emitir su profesión de fe y saludar a algunas delegaciones de salesianos capitulares -como es el caso de MEM, representada por el Padre Inspector Juan Aarón Cerezo y el Padre Hugo Herrera Rosales- , el nuevo sucesor de Don Bosco ha dirigido algunas Palabras a los capitulares donde ha destacado la centralidad de la persona de Jesucristo en la vida de los salesianos, y la relevancia que tiene en sí misma Congregación salesiana, así como la necesidad de mitigar la sed de sentido y significado en las vidas de los jóvenes del mundo.
Discurso del Rector Mayor Padre Fabio Attard
“Muy bien... continuemos con la dimensión humana, eh.. Bien, estos son momentos donde naturalmente es toda una dimensión humana, que uno la vive, que es importante pero es toda una dimensión un poco más grande, dentro de la cual, la dimensión humana se vive, y me gustaría... y me gustaría, decirles tres cosillas sobre esta tan grande estructura -arco-.
Porque la persona más importante hoy no es Fabio Attard, el sujeto más importante es la Congregación Salesiana, que hoy ha hecho un gesto, que no sólo da testimonio de la vitalidad, sino que da testimonio también del deseo, de que esta vitalidad continúe...
A través de las personas elegidas, para asumir un servicio, por un período, y después de ellas vendrán otras personas, a ellas también se les pedirá un servicio, y así sucesivamente.
Nosotros hoy estamos en esta dinámica, de una historia humana donde habla el Espíritu de Dios, una historia humana como recipiente de la Fuerza de un Dios, que continúa creando, que continúa redimiendo, que continúa santificando, de un Dios Trinitario, y nos pide, a algunos de nosotros, habló de nosotros Salesianos de Don Bosco, estar abiertos a esta historia de Salvación, que tiene en Jesucristo su principio y su fin.
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Esta mañana, estuve pensando un poco en qué podría haber pasado, y luego ¡ha pasado¡, porque hasta que la cosa es cierta, no es cierta, y he dicho ‘mira lo que aquí está diciendo el Señor. He seguido, como tantos salesianos en todo el mundo, el camino de este Capítulo, el deseo de una escucha del Espíritu, y por lo que pude captar es muy apreciado.
Me han ayudado mucho a comprender las reflexiones de Don Pascual, al inicio, así fue que resonaron mucho con lo que me dijo Don Ángel en septiembre de 2023, cuando surgió el nombre de este capítulo: “Apasionados por Jesucristo, Dedicados a los jóvenes para una fidelidad y profecía”.
Recuerdo que cuando salió estábamos en la Escuela de Acompañamiento, con Moncayo el Coadjutor -que está haciendo un trabajo excepcional- y Don Ángel vino a saludar a los participantes el último día. Dije: ‘¡Eh tu Ángel! Me gustaría agradecerte porque desde... desde mi pequeño punto de vista creo que este título es acertado’, es acertado para lo que yo he podido ver, he podido sentir, he podido escuchar, y es interesante como, los tres últimos capítulos han tratando de la identidad del Salesiano, no lo olvidemos en el 2014: ‘Místicos, profetas y servidores’. El último, conocemos todo el tema del Covid, cómo nos ha condicionado: ‘Qué salesiano’
Aquí en este contexto tenemos que mirar esta elección del Capítulo General, no tanto desde el punto de vista de quién es la persona, quién también, que también por caridad de Dios, no digo que no lo sea, sino quién es el sujeto que la lleva adelante, con qué actitud lo lleva adelante, con qué deseo lo lleva adelante, puede que quieras que sea Fabio a, o quieras que sean cualquier otro. Esto es relativo porque la Congregación es más grande que su Rector Mayor.
Pero el Rector Mayor es importante, por qué digo esto, porque Don Pascual lo ha recordado varias veces hoy: como Salesianos estamos llamados a vivir el Carisma, a evitar el peligro de las fotocopias pastorales, siempre lo hemos hecho así; dice el Papa Francisco " no vale ya más y saben cuál es el peligro" ¡Lo sabemos!, pero a nivel de la cabeza, del paso hacia una comprensión intelectual, sociológica, analítica, al un paso de fidelidad profética. Y...., no es fácil y es esto. He aquí mi, mi pensamiento Queridísimos: juntos, y cuando digo juntos, lo digo como decía Don Bosco: aquí juntos como Salesianos estamos llamados, primero que todo a descubrir esta pasión por Dios, porque si falta la pasión por Dios, falta la pasión por el hombre, y como la naturaleza no tolera el vacío, entra el egoísmo, más que servidor, más que servir...servirse.
El segundo punto: tiene que ver con la lectura que hemos escuchado, ‘son los últimos en servir’, desde hace años más o menos coincidiendo con los años que llevo en el Consejo los sábados por la tarde, tenemos el Cántico de la Carta de San Pablo a los Filipenses, de la ‘kénosis’, de vaciarse asumiendo la forma de Siervo, para servir, para identificarse, para encarnarse, mmm... siempre; todos los sábados por la tarde, y esta mañana ha sido la breve lectura de las laúdes.
Miren, una de las fiestas más importantes, la de la Encarnación, nosotros estamos llamados a celebrar la espectacularidad de un Dios que penetra en el tiempo y en la historia. Estamos llamados a contemplar con humildad e inteligencia, este gran Misterio, que me toca a mí, que te toca a ti: Dios se encarna, de modo que, mi vida con la encarnación de Dios, se convierte en una potencia, en una dinámica de aquel amor recibido, que luego necesita ser compartido.
Hoy, en lo que el Papa Francisco acertadamente ha llamado “el cambio de época”, a nosotros se nos pide contemplar bien, reflexionar bien, sobre nuestro servicio educativo, cuál es la dinámica: vertical, somos bienhechores, patrones, proveedores o somos servidores.
Don Vigano en una de sus cartas tiene una frase que me anima: “Caridad pastoral e inteligencia pedagógica”, Gracia de la unidad, ¿no? Y miremos nosotros en este momento particular, como Capítulo estamos ahí en el corazón del Carisma, y que hermoso escuchar, leer lo que está pasando, y me parece que están haciendo un hermoso trabajo de comunicación hacia el exterior, para nosotros que estamos fuera del Capítulo, bueno ahora con esto de abajo ya dentro -refiriéndose al gafete que le fue entregado-. Nosotros podemos entender que aquí está pasando algo.
Mi pregunta queridos hermanos: ¿Podemos llevar esto a las Inspectorías? ¿Podemos ver cómo este llamado se encarna en esta época nueva? ¡Porque si nueva es la época, antigua es la sed, es el hambre de significado!
Aquellos de nosotros que tenemos la suerte de conocer el mundo, sabemos que los jóvenes de hoy viven, en una aldea, las preguntas que escuché en Vietnam son las mismas preguntas que escuché en Brasil; Las preguntas que escuché el año pasado en Madrid, en la Inspectoría de Santiago el Mayor, son las mismas preguntas que escuché hace unos meses en la Inspectoría de Bangalore, jóvenes, cristianos, católicos. Pero también aquellos de otras religiones, o de ninguna religión que están en contacto con nosotros, son parte de nuestra experiencia, la sed está ahí. Y nosotros a esta sed, la podemos acoger –saciar-.
‘Sí’, la respuesta sería ‘sí’, si somos verdaderamente servidores para captar la sed y ofrecer el espacio, las personas, las propuestas para que esa sed pueda ser satisfecha y reconocida, es posiblemente un vaso de agua que se ofrece. El ‘Cambio de Época’, para nosotros no es un problema sino ¡una gran oportunidad!
Visitando algunos lugares donde estamos, países musulmanes, budistas, hindúes, agnósticos, donde hay una simpatía extraordinaria por Don Bosco, que no es una simpatía emocional, seamos claros, es más es una simpatía inteligente, emocionalmente sana. Interpela a quienes están en la búsqueda de lo verdadero, de lo bello y de lo bueno. Entonces, e aquí está la novedad de esta Sociedad en adelante, tenemos una oportunidad, no podemos perderla.
Nuestra pasión es la medida de nuestra dedicación, nuestra fidelidad es la columna vertebral de nuestra profecía, no hay nada más. Este espíritu lo debemos llevar a las Inspectorías.
Yo creo que las experiencias que he tenido hasta ahora, que no son la gran cosa, pero sí hermosas, creo que un poco a la vez, pero esto implica dos cosas, y lo estamos diciendo en todos los colores: un enraizamiento mayor en la persona de Cristo, no hay ningún otro, no hay ningún otro, o un enraizamiento en lo que es mi relación, la suya, la nuestra con Jesús, con Jesús.
Pero ¿nosotros creemos verdaderamente en Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre por nosotros? ¿Lo creemos? y si dice don Fabio que es bueno... cuando llegamos allí, al punto que ‘no puedo meditar, ni siquiera tengo tiempo para celebrar la Misa porque estoy muy ocupado con la pastoral’ ¿Mm...?
Detengámonos un momento, ¿Qué significa todo esto? ¿Qué busco? ¿Qué buscamos?
El tercer y último punto: no podemos olvidar a nuestros hermanos salesianos que viven en situaciones de guerra. Durante la última visita tuve el gran regalo de pasar algún tiempo con el Padre Thomas Uzhunnalil, rehén durante 557 días, serenidad, hombre de oración, gente ante la cual hay que arrodillarse.
Tenemos, gracias a Dios, muchos salesianos como Tomás, que no han abandonado la situación de guerra, están allí para testimoniar que para Jesús vale la pena ser un Don Bosco hoy para los jóvenes.
¿Cómo podemos olvidar... olvidar a atormentada Ucrania, a Palestina, Israel, Líbano, Myanmar, Sudán, Etiopía, la República Democrática del Congo...?
Estos hermanos nuestros necesitan de nuestra cercanía espiritual, porque están allí para dar testimonio, son los mártires del nuevo siglo.
Termino aquí Queridos hermanos esta mañana cuando Stefano, Don Stefano me pidió,’Me cuentas toda la historia eh’, -‘Es mejor no decirlo ahora porque realmente es una aventura única. ‘Me disculpo por haber arruinado todo lo demás...el programa de las 10:30 de la mañana’- ‘Esta bien paciencia...’
Me conmovió porque, porque cuando uno ve, no tanto la estima que se le tiene a uno, sino la confianza que la Congregación pone en una persona, no fruto de una idea, sino fruto de un camino, vemos, vemos y yo os agradezco esta confianza, yo no la merezco, lo digo de una manera muy, muy, muy libre, muy libre. “No lo merezco”, nunca lo pensé, nunca… pero esta es la Congregación, esto no es Fabio Attard, la Congregación.
Con este mismo Espíritu miramos estos días, cómo el Espíritu nos acompaña, porque el servicio ante todo debe ser vivido, debe ser vivido de manera creíble y visible, primero que por el Consejo General, estamos allí como ejemplo de sinodalidad, de comunión, de fraternidad, estamos allí como ejemplo de paternidad, estamos allí porque estamos allí para servir, nada más y nada menos.
Hoy somos Don Bosco, hoy a nosotros Don Bosco nos dice ‘valentía, adelante’.
Estos días estaba leyendo y termino, aquellos capítulos de Don Braido, en el segundo volumen 1875, celebramos el Centenario, el 150º de las misiones, pero en ese período Don Bosco tenía varios frentes abiertos todavía por consolidar: las constituciones; las constituciones de las hijas de María Auxiliadora; el tema de los cooperadores; de las misiones; la apertura en Francia; la apertura en otros lugares; la experiencia con Gastaldi; y siguió adelante, y siguió adelante. Este es Don Bosco, y estos somos Nosotros hoy.
Lo última cosa que les pido, es sólo una cosa: recen por mí.
Me ha dado un peso. Con mi director espiritual, hablándome esta mañana: ‘anda adelante, anda el Señor te lo pide, adelante’.
Pero recen por mí, esta no es una empresa humana. Recen por aquellos de ustedes que están ahora aquí, y que elegirán para el Consejo General, porque somos una Comunidad, porque somos hermanos, somos capaces de servirnos los unos a los otros; somos capaces de escucharnos los unos a los otros, somos capaces de soñar, somos capaces de entrar en ese espacio sagrado, sin necesidad de sandalias, porque podemos estar allí libres a la escucha, y podemos llevar adelante el proyecto del Capítulo General con alegría y optimismo. ¡Viva Don Bosco!”
(Fuentes: ANS Channel y ANS) (Traducción Redacción)