Iniciamos la Semana y Segundo Domingo de Adviento, y a través de su Palabra, Dios nos invita en familia a encender la segunda vela o cirio de la Corona, claro con el camino realizado acompañados de cada lectura diaria del misal, donde se nos insiste en mantenernos atentos “velando y orando”.

Este será el tono de las lecturas Bíblicas de los tres primeros Domingo del Adviento, se nos reitera y exhorta insistentemente a “velar y orar”, por la inminente llegada del Señor.

Isaías revela el deseo de Dios “Consuelen a mi pueblo…” y profetiza “Una voz clama: ‘Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán’.” Para consolar a su Pueblo debe anunciarse la llegada del Señor y se anuncia que todos los hombres verán “la Gloria de Señor”.

“Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: ‘Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo’” prosigue el profeta Isaías; y ante la súplica: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador”, el Salmista pregona: “Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas

Esto nos revela que Adviento es un tiempo de austeridad, de cambio y preparación de conversión del corazón, camino a la fiesta de Navidad, para recibir con alegría y sencillez de corazón a Jesús Niño, para contemplarlo como los pastores a los que el Ángel habló.

San Pablo nos hace el llamamiento “(…) pongan todo su empeño en que el Señor los halle en paz con él, sin mancha ni reproche”; él nos aclara que si parece que Dios tarda, es porque espera pacientemente a que todos nos arrepintamos y que nadie perezca. Además nos recuerda que todo aquí es pasajero y que no quedará absolutamente nada, por lo que esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, por eso nos hace meditar con cuanta santidad debemos de vivir para que Dios nos encuentre sin macha ni reproche: en paz.

Y el Evangelio de san Marcos nos muestran el perfil de San Juan el Bautista, sencillo y austero, se nos hace notar que él sólo usaba un vestido de cuero de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre, recordándonos de Isaías aquel que anunció del que “prepara el Camino del Señor” enderezando sus sendero. El Bautista es el precursor, sabe quien es, sin embargo también esta conciente que su misión vendrá a menos, es necesario para que Cristo resalte, pues Jesús instaurará el bautismo del que hoy vive la Iglesia, y Juan afirma : "ya viene de tras de mi UNO que es más poderoso que yo ... yo los bautizó con agua pero el les dará el Espíritu Santo"

María sus fiestas y el Adviento

Las fiestas de la virgen como el 8 de la inmaculada Concepción (dogma de la Iglesia), el de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre, presentan a María como la mujer del Adviento, primera discípula y misionera de Jesús, están en función de misterio de Cristo, de la celebración solemne de la Navidad, preludio y rumbo a tomar para proseguir adelante hasta celebrar la fiesta principal: la Pascua.

El Adviento y la Navidad por lo tanto sólo tienen sentido como “parte de un camino” que no culmina con la celebración del nacimiento de Jesús sino que se extiende por todo el año litúrgico, en el caminar de la Iglesia.

Se nos exhorta y reitera que en este tiempo ninguna ocupación o preocupación terrena debe obstaculizar o impedir el prepararnos a la celebración e la Navidad, a fin de que lleguemos a ella sin nada que se nos reprochen – en especial por parte de nuestra propia conciencia- , para que sea pleno el gozo ante el asombro por la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, de modo que Él nos encuentre velando en oración y cantando gozosos su alabanza

Para encender la 2ª vela o cirio de la Corona de Adviento

Consideren en familia hacer una celebración de la palabra y antes de encender su segunda vela o cirio, vuelvan a encender la primera, luego se proclama la lectura del Evangelio y se realiza la oración sugerida, pueden encender la candela del Segundo Domingo de Adviento.

Recordemos que los cirios o velas se encienden por un lapso de tiempo cada Domingo en este sencillo pero significativo ceremonial, sea en la mañana, durante la tarde cerca de la hora de la comida o antes de la cena, pueden dejarlas encendidas mientras conviven y posteriormente las apagan para evitar percances o accidentes.

 

Cuadro correspondiente al 2º Domingo de Adviento

Diciembre 2023

Adviento

Oración sugerida

Evangelio

10

Segundo Domingo

Vela Morada

Mismo color litúrgico

"Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos".

Rey des las naciones, Jesucristo, alegría de los corazones, ven pronto a salvar a tu pueblo: maranatha. Amén

San Marcos 1, 1-8

«Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: "Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos".

En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista predicando un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén; reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.

Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".»